¿Estrés o ansiedad ante los exámenes? Te explicamos qué estás sintiendo

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¿Estrés o ansiedad ante los exámenes? Te explicamos qué estás sintiendo.

El fracaso académico, así como el miedo a la evaluación, son dos de los factores que desencadenan en nuestro cuerpo la ansiedad ante los exámenes. Con frecuencia esta afección — que involucra al cuerpo y a la mente — es confundida con el estrés crónico, padecimiento que, de igual manera, provoca un mal desempeño académico. Muchos son los estudiantes que muestran una desventaja escolar a causa del estrés o de la ansiedad antes los exámenes; no obstante, los síntomas de la ansiedad y del estrés no siempre son fáciles de reconocer.

Dormir sin beneficiar a tu cuerpo con un verdadero descanso es uno de los síntomas de ansiedad antes los exámenes; el mal humor y la irritabilidad en tu día a día también están vinculados con este padecimiento fisiológico. La omisión de los detalles pequeños de nuestra vida diaria no siempre significa una falta de atención, en ocasiones este tipo de descuidos son en realidad el portavoz del estrés o de la ansiedad ante los exámenes.

El estrés, una moneda de dos caras

El estrés crónico y la ansiedad ante los exámenes son términos que intercambiamos constantemente en nuestras conversaciones, el primer paso para eliminar estos síntomas en tu vida es identificar cuál es el origen del mal desempeño que no te permite avanzar hacia tus metas personales. En América Latina, la estabilidad mental es una necesidad que recientemente está comenzando a tomar relevancia en el sistema escolar, por lo que es posible que aún no tengas conocimiento de la relación que existe entre tu bienestar y los resultados de tus exámenes.

La buena noticia es que el estrés no es siempre un enemigo. De hecho, en nuestra historia como seres vivos, el estrés ha resultado ser un efectivo mecanismo instantáneo que se activa cuando es necesario hacerle frente a los peligros habituales. El estrés es positivo si éste nos permite obtener una explosión de energía y concentración; los deportes competitivos, las situaciones inesperadas de peligro y el trabajo a contrarreloj son ejemplos de los momentos en tu vida donde el estrés te beneficia.

Los problemas relacionados con el estrés comienzan a manifestarse cuando nuestro cuerpo no es capaz abandonar este episodio momentáneo.

Las discusiones en casa así como la excesiva carga de trabajo académico son situaciones que nos obligan a permanecer indefinidamente en un estado de estrés crónico. Cuando esto sucede, la energía y la atención extra desaparecen y, en su lugar, los síntomas perjudiciales para nuestra salud comienzan a hacerse notar en nuestro organismo, alterando la estructura de nuestro cerebro y convirtiéndonos en irritables criaturas de la edad moderna.

El estrés crónico puede reducir el tamaño de tu cerebro

Si en tu vida diaria estás constantemente expuesto a situaciones estresantes, existe un gran riesgo de que tu cerebro pierda un porcentaje de su tamaño. Un cerebro más pequeño implica una disminución de comunicación entre algunas de sus neuronas; pero, sobre todo, el estrés crónico podría significar una reducción en la corteza prefrontal, parte cerebral donde son reguladas conductas como la concentración, la toma de decisiones, el juicio y la interacción social.

Por fortuna, el estrés crónico y sus consecuencias más desagradables no son capaces de cambiar nuestra fisiología de la noche a la mañana. No, una pequeña discusión con tu pareja no provocará que tu cerebro se reduzca a la mitad. El estrés crónico es, en realidad, un rompecabezas cuyas piezas son los factores de tu día a día y la frecuencia con la que éstas se acomodan en tu día a día.

Cuida tus niveles de cortisol

Dentro de tu cuerpo existe un eje que mantiene en contacto las glándulas endocrinas tanto del cerebro como de tus riñones. A estas glándulas también se les conoce como glándulas suprarrenales (ya que se encuentran colocadas por encima del riñón) o, bien, glándulas adrenales (porque liberan adrenalina en el cuerpo). Cuando tu cerebro detecta una situación de estrés o de peligro, este eje es activado al instante e inunda tu torrente sanguíneo con cantidades anormales de cortisol.

El cortisol es la hormona que prepara al cuerpo para realizar una acción inmediata.

Aumentar los niveles de cortisol durante un largo periodo de tiempo ocasiona en el cerebro fuertes estragos. En general, una gran cantidad de cortisol implica un cuadro de estrés crónico. Cada vez que tu cuerpo sufre de una inundación de cortisol, tanto la amígdala como el hipotálamo experimentan cambios en su química. Por ejemplo, el estrés crónico aumenta el nivel de actividad y el número de conexiones en la amígdala. Al aumentar los niveles de cortisol, las señales eléctricas en el hipotálamo se deterioran. Cuando el hipocampo se debilita, también se debilita tu capacidad de controlar el estrés.

El estrés crónico podría dificultar tu habilidad para aprender nuevas cosas o para recordar aquellas que ya han sido almacenadas en tu memoria. Un prolongado periodo de estrés crónico te conduciría a la depresión o a las enfermedades degenerativas (el Alzheimer es el mayor ejemplo).

Personas con ansiedad ante los exámenes tiene una relación especial con el ambiente

Cualquier objeto, persona o situación que nos represente un peligro, puede activar el sistema de alarmas en los seres humanos. Los seres humanos somos mucho más complejos de lo que otro ser vivo ha llegado a mostrar; la lista de peligros que activan el sistema de alarmas de una avestruz, por ejemplo, se diferencia mucho de todo aquello que mantiene al hombre al asecho.

Los hombres y mujeres del siglo XXI pueden sumergirse en la ansiedad a causa de una mirada, un desprecio, un desamor o un examen. Tal parece que, ante la ausencia de depredadores en el ambiente, una extraña adicción al miedo nos obligara a encontrar peligros donde ningún otro ser vivo sería capaz de reconocerlos.

El doctor Antonio Bulbena, director del Departamento de Psiquiatría y Medicina Legal de la Universidad Autónoma de Barcelona, considera que las personas con ansiedad poseen una relación especial con el medio ambiente derivada de una gran sensibilidad. Si sufres de episodios de ansiedad es probable que seas capaz de encontrar rasgos únicos en los olores, las miradas, los humos, la percepción del tiempo o del entorno. La respuesta que le ofreces a tu entorno es, con seguridad, más intensa que la del promedio de tus compañeros de aula.

Otra característica de las personas con ansiedad es que suelen mostrar una actitud de evasión constante con el fin de mantener alejado el estímulo exterior que tanto malestar les provoca; un estudiante que sufra de ansiedad ante los exámenes hará lo posible antes de enfrentarse a una evaluación académica aun si esta decisión significa sacrificar sus oportunidades.

No hay persona en el mundo que esté orgulloso de sus miedos por lo que diagnosticar la ansiedad puede tardar, en promedio, de 10 a 15 años. Por lo general, los ataques de pánico son las causas que conducen al estudiante a buscar ayuda.

¿Cuántas oportunidades académicas consideras que la ansiedad ante los exámenes puede hacerle perder a un estudiante que sufre de este trastorno?

Diferencias entre la ansiedad antes de los exámenes y el estrés crónico

Tanto la ansiedad ante los exámenes como el estrés crónico son mecanismos de alerta que funcionan en nuestro cuerpo. Existen, sin embargo, síntomas y causas que pueden ayudarnos a diferenciar ambos padecimientos. Hay señales del cuerpo que son compartidas tanto por las personas con trastornos de ansiedad como por todos aquellos estudiantes que sufren de estrés crónico, pero los expertos en la salud han podido diferenciar las señales corporales, mentales y físicas de cada uno de estos casos clínicos.

Una evaluación académica es considerada por muchas personas como una amenaza real. Más que una amenaza, los exámenes son la pieza clave en el desarrollo de nuestras vidas. Actualmente existen un menor número de probabilidades de defendernos de un animal salvaje que de jugarnos nuestro futuro en una examen.

El peligro común para los niños, jóvenes y adultos es el temor al fracaso de una evaluación académica o el temor al juicio de otras personas. No es una exageración asegurar, por lo tanto, que el ser humano moderno detecte en los exámenes la amenaza suficiente para activar los siguientes tres mecanismo de alarmas:

Ansiedad ante los exámenes

Cuando una persona que sufre de ansiedad es consciente de las amenazas que pueden llegar a afectarlo, sus síntomas más significativos serán la anticipación excesiva y la alta sensibilidad.

Las reacciones físicas y mentales de ansiedad ante los exámenes son la angustia, el temor, el pánico y malestar en el cuerpo sin que exista la evidencia de la enfermedad que lo este ocasionando.

El sistema nervioso de un estudiante con ansiedad buscará protegerlo de este peligro a través de las fobias y de un comportamiento evasivo.

Estrés a causa de los exámenes

El estrés se caracteriza por un incremento de la atención cuando un peligro exterior es detectado.

El estrés crónico sumerge a las personas que lo experimentan en un estado de alerta. La respiración se acelera y con ella las palpitaciones del corazón. A estos primeros síntomas le sobrevienen la inquietud y la tensión muscular.

Una persona con estrés ante los exámenes puede llegar a sentir miedo o una preocupación razonable, pero estas emociones no la alejarán por mucho tiempo de sus responsabilidades.

¿Se puede medir la ansiedad ante los exámenes?

Pedagogos de la universidad de España así lo demostraron cuando diseñaron el Inventario SISCO del Estrés Académico (IEA). El IEA puede ser completado en apenas 10 minutos y dada su fácil aplicación, cualquier estudiante puede autoevaluar su ansiedad ante los exámenes con este sencillo cuestionario. Este inventario o prueba tipo test pretende recolectar para su estudio todos los síntomas de la ansiedad ante los exámenes que un alumno pudiera estar experimentando.

Estados de nerviosismo o de preocupación son los principales parámetros de los cuales el Inventario del Estrés Académico se sirve para diagnosticar los extremos patológicos de esta afección. Esta autoevaluación considera las siguientes situaciones como los detonantes de un episodio de estrés innecesario:

  • Competencia con los compañeros del grupo
  • Sobrecarga de tareas y trabajos escolares
  • La personalidad y el carácter del profesor
  • Las evaluaciones de los profesores (exámenes, ensayos, trabajos de investigación, etc.)
  • No entender los trabajos que se abordan en la clase
  • Participación en la clase (responder preguntas, exposiciones, etc.)
  • Tiempo limitado para hacer el trabajo

Por su parte, las reacciones físicas de la ansiedad ante los exámenes son las siguientes: trastornos en el sueño tales como el insomnio y las pesadillas; la fatiga crónica expresada a través del cansancio permanente; dolores de cabeza y migraña; problemas de digestión, dolor abdominal o diarrea; rascarse, morderse las uñas, frotarse y la somnolencia o una mayor necesidad de reposo.

La ansiedad ante los exámenes también se manifiesta a través de los siguientes síntomas de psicológicos y de comportamiento: inquietud, incapacidad para relajarse y estar tranquilo, sentimientos de depresión y tristeza, ansiedad, angustia o desesperación, problemas de concentración, sentimientos de agresividad o un aumento en nuestros niveles de irritabilidad.

Mide tus niveles de estrés académico con el Inventario SISCO de Estrés Académico

El siguiente enlace te dirigirá al documento donde podrás encontrar el test que te ayudará a determinar qué tipo de estrés estás padeciendo actualmente. Lee con atención las siguientes instrucciones antes de comenzar:

  1. Dirígete a la tercera página, en ella podrás encontrar el inicio del test.
  2. La primera pregunta funciona como un filtro, en caso de seleccionar la alternativa «no», el cuestionario se dará por concluido.
  3. A partir de la pregunta número 2 y hasta el final del cuestionario, deberás marcar cada una de las casillas que el planteamiento indique. A cada casilla le corresponde un valor numérico. La escala con la que esta prueba tipo test está diseñada comprende del número 1 al número 5, tal como se observa en la siguiente imagen:
12345
NuncaRara vezAlgunas vecesCasi siempreSiempre
¿Con qué frecuencia te inquieta la competencia con los compañeros de tu grupo?
De acuerdo con el planteamiento, marca con una X la casilla que describa correctamente la frecuencia con la que una determinada situación se repite en tu vida.
  1. El test está compuesto de 33 cuestionamientos o situaciones, a cada cual le corresponde un valor numérico. Al finalizar la prueba, suma cada uno de los puntos asignados a las casillas que marcaste.
  2. En la siguiente sección encontrarás una infografía donde podrás identificar la aproximación del nivel de estrés que estás manejando.

¿Estrés agudo, episódico o crónico? El Inventario SISCO de estrés académico te ayuda a diagnosticarlo.

El estrés o la ansiedad ante los exámenes puede ser medida gracias al Inventario SISCO de estrés académico. Este test académico te permitirá pre diagnosticar tus niveles nocivos de autoexigencia, esos que podrían desembocar en graves problemas para tu salud.
Identifica tu nivel de estrés, para ello necesitarás realizar con honestidad el Inventario SISCO de Estrés Académico. El puntaje mayor que una persona puede alcanzar en esta prueba es 165; si te has acercado a este número, por favor busca ayuda médica lo antes posible.

El inventario SISCO de Estrés Académico está clasificado dentro de las evaluaciones tipo test conocidas como escala de Likert; dichas pruebas han sido frecuentemente utilizadas desde 1932 en investigaciones realizadas por ciencias como la sociología, la estadística y la psicología. Esta antigua sofisticación fue resultado de la invención del psicólogo estadounidense Rensis Likert y, al día de hoy, continua posicionándose como el método más efectivo para la medición de conductas y opiniones.

Al momento de completar este sencillo test psicométrico, tu memoria tal vez te haya traído el recuerdo de alguna encuesta que tuviste que realizar en un momento de tu vida. Su sencilla aplicación, sin embargo, no debe confundirte; esta prueba es tan efectiva que ha funcionado como filtro clínico para diagnosticar muchos tipos de padecimientos psicosomáticos.

Para la interpretación de sus resultados, el SISCO hace uso de la psicometría, importante herramienta de la investigación social donde se junta la psicología y la estadística con el fin de asignar un valor numérico a los rasgos psicológicos de un individuo.

Lo que el Inventario SISCO de Estrés Académico te permitirá conocer es si tu estrés se encuentra fuera de la norma, lo cual insinuaría que el ritmo de tu vida académica debe ser puesta bajo supervisión. Es a través de estos simples cuestionamientos que puedes autodeterminar con facilidad bajo cual de las siguientes categorías se haya clasificado tu estrés académico.

El total de puntos que obtengas en tu prueba será el indicador que te ayudará a conocer tu nivel de estrés. Realiza el test, suma tus puntos y busca ayuda médica en caso de ser requerida.

Estrés académico agudo

  • Síntomas a corto plazo y sin graves consecuencias para la salud.
  • Elevación de la presión sanguínea, palpitaciones, dolor en el pecho.
  • Problemas musculares leves tales como dolor ocasional de cabeza o síndrome de intestino irritable.
  • Transpiración en las palmas de las manos, mareos, dificultad para respirar.

Estrés académico episódico

  • Irritabilidad, ansiedad o mal carácter.
  • Transmiten hostilidad por lo que sus relaciones personales suelen deteriorarse.
  • Personas propensas a problemas cardiacos.
  • Muestran urgencia y un sentido agobiador de la urgencia.
  • Personas que sufren de migraña y se resisten al cambio.

Estrés académico crónico

  • Surge cuando la solución a un problema no resulta evidente.
  • Las duras exigencias y presiones parecen interminables.
  • Puede ser resultado de experiencias traumáticas en la niñez.
  • El mundo es percibido como un lugar amenazante.
  • Cansancio excesivo o depresión.
  • La recuperación exige la ayuda de un profesional.

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